1. Co-crear y diseñar con (no para) comunidades diversas.
Este enfoque pone énfasis en los procesos de diseño colaborativos e inclusivos que involucran a comunidades diversas como participantes activos en lugar de receptores pasivos. Al involucrar diversas perspectivas, necesidades y experiencias, garantiza que las soluciones sean verdaderamente relevantes y beneficiosas para todas las partes interesadas.
2. Incorporar la inclusión como un valor empresarial central.
Incorporar la inclusión en los valores y operaciones fundamentales de una empresa es esencial para fomentar un entorno diverso y equitativo en el que todas las personas se sientan valoradas y contribuyan positivamente al equipo. Al priorizar la inclusión, las empresas fomentan entornos en los que todos se sienten valorados, respetados y empoderados, lo que genera mejores resultados tanto para los empleados como para los clientes.
3. Seleccionar tecnologías sostenibles y conscientes de la inclusión.
La adopción de tecnologías que no solo sean sostenibles sino que también tengan en cuenta la inclusión garantiza que los avances beneficien a la sociedad en su conjunto sin exacerbar las desigualdades ni dañar el medio ambiente. Esto implica elegir tecnologías que minimicen los impactos negativos y promuevan el acceso y el uso equitativos.
4. Aprovechar las mejores prácticas de diseño centrado en la vida (humanidad, medio ambiente y otras formas de vida).
El diseño centrado en la vida cambia el enfoque de los enfoques exclusivamente centrados en el ser humano para considerar el ecosistema más amplio de la vida en la Tierra. Al priorizar el bienestar de la humanidad, el medio ambiente y otras formas de vida, las soluciones de diseño pueden ser más holísticas, responsables y alineadas con los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.
5. Sea responsable: si comete un error, aprenda y corríjalo.
La rendición de cuentas es fundamental para garantizar que las acciones se ajusten a las intenciones y los valores. Reconocer y abordar los errores de manera transparente demuestra un compromiso con la mejora continua y la responsabilidad ética. Al aprender de los errores y tomar medidas correctivas, las organizaciones pueden generar confianza y credibilidad dentro de sus comunidades.
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